Puentismo
El puentismo (voz recomendada por el Diccionario Panhispánico de Dudas en sustitución de la forma híbrida puenting, proveniente del sustantivo en español puente más el sufijo en inglés -ing; también conocido en inglés como bungee jumping o bungy jumping) es una actividad en la cual una persona se lanza desde una altura, generalmente cientos de metros, con uno de los puntos de la cuerda elástica atada a su cuerpo o tobillo,
y el otro extremo sujetado al punto de partida del salto. Cuando la
persona salta, la cuerda se extenderá para contrarrestar la inercia
provocada por la aceleración de la gravedad en la fase de la caída,
entonces el sujeto ascenderá y descenderá hasta que la energía inicial del salto desaparezca.
Historia
La palabra bungee apareció por primera vez en 1928 en el estado de Montana y fue utilizado más tarde como nombre de una eraser. En 1960 David Attenborough y la cadena televisiva BBC realizaron un reportaje en la isla de Pentecostés, Vanuatu, sobre jóvenes que saltaban desde altas plataformas con sogas ajustadas a sus tobillos como una prueba de coraje.1 Esta filmación inspiró a Chris Baker de Bristol, Inglaterra, a usar las cuerdas elásticas en un juego de entretenimiento. El primer salto bungee moderno se concretó el 1 de abril de 1979 desde el puente colgante de Clifton en Bristol, y fue realizado por cuatro miembros de un club de deportes extremos. Los saltadores, liderados por David Kirke, fueron arrestados poco después, pero continuaron con los saltos en Estados Unidos, de este modo difundiendo el concepto del bungee jump mundialmente. Por 1982 saltaron desde grúas y globos aerostáticos, apareciendo en televisión.
A pesar del peligro que presenta este deporte, la gran altura, se han realizado con éxito millones de saltos desde 1980. Esto se debe al control estricto de los operadores como el doble cálculo en cada salto.
Desafortunadamente los accidentes de este deporte tienden a ser
impresionantes y variables. Un error que comúnmente se comete es usar
una cuerda demasiado larga. La cuerda debe ser más corta que la altura
de la plataforma del salto para que pueda extenderse.
El primer fallecimiento por puentismo o puenting en España se produjo
en 1989 en el puente de la Pasarela, en Lérida, cuando falleció un
joven cordobés de 27 años. Desde entonces se han producido alrededor de
una decena de fallecimientos en España.
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